jueves, 2 de enero de 2014

Educación, competitividad y conexiones neuronales

En su primer discurso como alcalde de Nueva York, Bill de Blasio señaló la desigualdad económica y la injusticia como los problemas principales de la ciudad, hizo una hermosa defensa de las políticas keynesianas y el New Deal, habló de redistribución de la riqueza, citó a Roosevelt y criticó a quienes piensan que las cosas se arreglan con la política económica del goteo o trickle down. Todo muy bien, un discurso hermoso, atrevido y alentador. 


De Blasio saludando, o bailando, o algo...


De Blasio también habló de educación. Hace tiempo que persigue el objetivo de lograr una subida mínima de impuestos a las rentas más altas, para financiar con ese ingreso extra un amplio programa educativo consistente en generalizar la educación preescolar y los programas de actividades extraescolares

Bien, ¿no? Pues no. O igual sí. Es posible que, tal como están las cosas, las medidas que propone De Blasio sólo puedan leerse como buenas noticias. Pero lo cierto es que usa unos argumentos que no por manidos resultan menos odiosos.



Para empezar, parte de la difundida idea de que para el éxito escolar es fundamental la escolarización temprana. Un clásico de los dogmas sin contrastar que campa por sus respetos en nuestro país y que generalmente no se cruza con los datos de escolarización temprana, por ejemplo, en Finlandia, el país que siempre triunfa en el informe Pisa, y en donde lo que se espera de los críos hasta que empiezan el colegio con siete años es que jueguen y hagan ejercicio (y en donde toda la educación es gratuita, incluido el material, el comedor y el desplazamiento. Y en donde el nivel de vida es muy alto. Y en donde el nivel de desigualdad social es de los más bajos del mundo. Y ya paro, que pierdo el hilo). Tampoco se suele mencionar a la vez que esos otros datos que muestran que el mayor predictor de éxito escolar es el nivel educativo de los padres. Que curiosamente, cuanto más cultos son y más pasta tienen, más proclives son (hasta cinco veces más proclives) a llevar a los críos a preescolar (al menos por estos pagos), según el mismo estudio de la Caixa que se cita en el link anterior. Hum, interesante correlación…

Luego dice eso de que el éxito escolar (y por tanto, la escolarización temprana) reduce la desigualdad económica e incrementa la movilidad social. Otro dogma aplastante en unas sociedades en las que la única herramienta de lucha contra la desigualdad que resulta ideológicamente aceptable es el sistema educativo. No queda muy claro quién iba a seguir haciendo hacer el sinfín de trabajos mal pagados que requiere una organización social como la nuestra si se consiguiera que todo el mundo triunfara en los estudios. Dado que alguien tiene que hacerlos, mejor seguir fingiendo que la escuela borra las desigualdades en lugar de perpetuarlas, y mejor seguir pensando que quienes desempeñan esas ingratas y mal pagadas tareas son los que han fracasado escolarmente, y no quienes tienen padres que ya hacían esos trabajos de mierda, ¿no? Así siempre se les puede decir eso de “haber estudiado”.

Finalmente, mi preferido: la educación es crucial para una economía competitiva. Como la financiación de su programa educativo requiere una ligerísima subida de impuestos para los más ricos, De Blasio insiste: “así que, por favor, recuerden: no pedimos más a los ricos para castigar el éxito. Lo que queremos es crear más historias de éxito”. En realidad, aquí el dogma no es tanto una determinada opinión sobre educación, sino el procedimiento por el cual el que parecía ser el objetivo (la educación, la igualdad, esas cosas tan antiguas), se transmuta en medio para el verdadero objetivo: una economía competitiva, que permita triunfar a los emprendedores, etcétera, etcétera. En los últimos años, prácticamente todo lo que en algún momento se ha tenido por bueno desde un punto de vista más o menos progresista (educación, cohesión social, salud, estado de bienestar, igualdad salarial, créanme: CUALQUIER COSA) ha pasado a figurar en los discursos no como objetivo sino como medio para ser más competitivos. Por fin parece haber un verdadero objetivo de consenso. No hace falta ponerse pesados y aguafiestas mirando a ver si resulta que las políticas que fomentan la competitividad parecen ser incompatibles con algunos de estos medios para lograrla, como la igualdad o el gasto social: lo importante es generar “más historias de éxito”…

No le demos más vueltas. Lo que necesitamos de verdad si queremos acabar con la desigualdad económica y la injusticia social son escuelas infantiles full-time que suplan la incapacidad de los padres pobres para cantar a sus bebés, para hablarles con un vocabulario rico, para contarles o leerles cuentos… Si, sí, en serio: todos ellos son elementos que muestran una correlación positiva con niveles de vida más elevados y parece ser que los padres pobres no están a la altura, como muestra, por ejemplo, el gráfico que Hilary Clinton ha seleccionado para el Washington Post como su gráfico preferido de 2013



Hilary le cantaba mucho a Chelsea cuando era pequeñita, y mira ahora: Chelsea se graduó en Stanford, tiene un máster en Oxford y otro en Columbia, está casada con un banquero de inversión y entre los dos se compraron el año pasado un pisito en Manhattan de 10,5 millones de dólares. Y es que en los primeros años de vida se forman 700 conexiones neuronales nuevas por segundo. Ese es en verdad el gran reto. Si consiguiéramos que todos los bebés formaran la misma cantidad de conexiones neuronales y entraran en el cole con la misma riqueza de vocabulario, por fin podríamos vivir en una sociedad justa que garantiza las mismas oportunidades para todos. 

En un mundo tan justo como ese, este otro gráfico, el que han elegido como su preferido de 2013 los profesores de economía Saez y Piketty, nos importaría menos que un comino:



Y los gráficos con los que Wilkinson y Pickett muestran la relación entre infelicidad y desigualdad económica igual nos daban hasta risa: ¡¡Pues haber estudiado!! 

3 comentarios:

  1. Aquí, nuestro nunca bien ponderado gobierno ya se ha preocupado por que las nuevas generaciones de estudiantes devuelvan a nuestra nación la pujanza otrora motivo de orgullo. Para ello ha promulgado la Ley para la Mejora de la Calidad Educativa, en la que se hace mención expresa de: “la educación [como] principal instrumento de movilidad social“, “superar barreras económicas y sociales“, “competir con éxito en el ámbito del panorama internacional“, “abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por un futuro mejor” o, como corolario, “La lógica de esta reforma se basa en la evolución hacia un sistema capaz de encauzar a los estudiantes hacia las trayectorias más adecuadas a sus capacidades, de forma que puedan hacer realidad sus aspiraciones y se conviertan en rutas que faciliten la empleabilidad y estimulen el espíritu emprendedor [...]“ (Exposición de motivos, LOMCE). Rutas, planificadas, a un mercado de trabajo degradado y degradante en el que los supuestos talentos que la ley se propone hacer florecer durante la infancia y la adolescencia se subastan a la baja -trabajar más por menos- para mayor lucro de quienes jamás aceptarían el mismo trato para sus hijos y nietos. Nos acabarán pagando con legumbres :-/

    3, 2, 1... ¡A correr!.

    :-***

    PD: Carolina, ¿estás coqueteando con argumentos de la crianza con apego?, ¿como aquellos que porponemos algunos psicólogos que dicen que la separación/escolarización temprana puede afectar al desarrollo neurológico? ;-D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. quita, quita, yo del desarrollo neurológico no digo ni mú. Al contrario...

      Eliminar
  2. Hola, fui a la presentación de Traficantes de Sueños y fui una de las personas que participó en el debate. Aunque creo que tu postura es complicada porque relativiza en extremo, en mi opinión, pienso que tu libro era necesario para traer una bocanada de aire fresco a los debates de crianza y cuidados actuales. Te dejo el enlace uno de mis blogs: http://lasinterferencias.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar