viernes, 17 de enero de 2014

La renta básica y la cuestión femenina

No seré yo quien menosprecie las complejidades de la propuesta de una renta básica universal de ciudadanía. Recuerdo que la primera vez que oí hablar del tema me pareció un sinsentido: ¿dar una cantidad de dinero a todo el mundo por igual, con independencia de si lo necesita o no? ¿lo mismo para mí que para el tío del Mercadona? No salía de mi asombro con lo estúpida que me pareció la propuesta. Después, me enteré de las inmensas ventajas de la “incondicionalidad”, es decir, los enormes beneficios de un subsidio que no depende del cumplimiento de ciertas condiciones (como llevar no sé cuánto tiempo en la miseria, tener 4 mocosos con los zapatos rotos, etcétera) y, por tanto, que es preventivo, que no viene a parchear la pobreza sino a evitar la exclusión. 


Pero ojo, porque lo malo de los subsidios actualmente existentes no es sólo que tengas que estar bien jodido antes de recibirlos sino que, ¡horror!, tienes que demostrarlo. La irracionalidad de la burocracia estatal se convierte en estos casos en sorda crueldad. Justamente estas navidades, leyendo la prensa local asturiana, me enteré de que, por ejemplo, el plazo para la tramitación de la renta social a la que pueden optar como último clavo ardiendo quienes se encuentren en dificultades económicas muy serias, es de un año. Un año de espera en vete tú a imaginar qué condiciones, y todo no sea que cumplido el plazo no te falte alguna póliza o no tengas el DNI en vigor. Y no, no se trata de una anécdota: hay un sinfín de estudios que demuestran que las ayudas y subsidios condicionales dejan siempre fuera a un importante sector de la población más necesitada (como diría la Wikipedia, citation needed: no tengo tiempo ahora de buscar los links).


Recuerdo que otra de las objeciones que se me ocurrieron cuando oí hablar del tema, aparte de la aparente injusticia de repartir sin tener en cuenta aquello de “a cada cual según su necesidad” fue que podría convertirse en un acicate para la bajada de salarios. El empresario, a quien ya de suyo no le hacen falta muchos acicates para bajar los salarios, podría razonar así: “si el estado le da a esta tía 400 pavos al mes, ¿para qué le voy a dar yo 800? Basta con le de otros 400 y va que chuta para reproducir su fuerza de trabajo”. Es lo que, al parecer, sucedió con las leyes de pobres de Speenhmaland a finales del siglo XVIII, como explicó estupendamente Karl Polanyi. 

Pero es que un punto fuerte de la propuesta de la Renta Básica –que no siempre se tiene en cuenta, pero que a mi entender es básico– es que debe tratarse de una renta suficiente para sobrevivir dignamente. Por supuesto, cabe discutir si basta con equipararla al Salario Mínimo o si dejamos de fingir que el Salario Mínimo te permite subsistir en una gran ciudad como Madrid o Barcelona… 

Pero dejando de lado estos detalles, lo que es innegable es que si se rompe le ley de hierro de los salarios, es decir, si ir al tajo deja de ser la única forma de sobrevivir dignamente, por fin empiezan a tener sentido algunas cosas muy, muy importantes. Por ejemplo, la libertad y el resto de derechos individuales liberales, que sin una base material que los sustente tienden a quedarse en una carcasa vacía. Por ejemplo, la idea de negociación o diálogo social, que sólo puede tacharse de chantaje cuando lo que se juega una de las partes es literalmente su supervivencia. 


Así, una renta básica incondicional y suficiente incrementaría estratosféricamente el poder de negociación de la clase obrera y cambiaría radicalmente el tablero de juego. ¿Qué pasaría luego? Qué se yo. Lo que nosotros queramos, lo que seamos capaces de construir. La renta básica per se no derroca el capitalismo ni acaba con el patriarcado ni arregla el medioambiente ni me hace perder los kilos que gané estas navidades, pero es innegable que proporciona un terreno mucho más llano en el que poder pelear por lo que sea que consideremos justo pelear.

Dicho esto, de lo que yo en realidad quería hablar aquí era de una de las supuestas desventajas de la renta básica que los críticos suelen mencionar y que me toca particularmente las narices como mujer y como madre: el temor a que esta especie de “salario por no hacer nada” desincentive la participación de las mujeres en el mercado de trabajo. A ver, amigos, si nos ponemos de acuerdo de una vez por todas: el mercado de trabajo es un lugar de opresión y degradación en el que abundan las relaciones personales malsanas, la competencia, y un montón de mierda que cualquiera que haya trabajado en un sitio que no sea la universidad pública conoce al dedillo y no merece la pena repetir aquí, y no el jardín de recreo en el que las personas nos realizamos. 

Desde el punto de vista de la (miope) ortodoxia feminista, no obstante, el mercado de trabajo es una herramienta imprescindible para conseguir la independencia económica de la mujer, que es a su vez un puntal irrenunciable para evitar situaciones de opresión indeseables (y ahí sí que puedo estar de acuerdo con la ortodoxia feminista). Pero, si resulta que por obra y gracia de la imaginación institucional nos encontramos con una herramienta nueva que garantiza el objetivo de la independencia económica (y lo hace, por cierto, con mucha mayor intensidad y fiabilidad que el mercado de trabajo: 27% de paro, ¿recuerdan?), ¿dónde está el problema? Si algunas mujeres quieren aprovechar la renta básica para salir por pies del mercado laboral e irse a sus casas a cuidar de sus hijos, a cuidar de sus estúpidas uñas o a tocar la guitarra y comer plátanos tumbadas en una hamaca, ¿¿¿cuál es el problema??? 



No me cabe duda de que si existiera una renta básica universal y suficiente un buen montón de gente, hombres y mujeres, se largarían asqueados del mercado de trabajo para dedicarse a otras cosas, algunas de las cuales tendrán una inmensa utilidad social (como el trabajo de cuidados, como la lucha en defensa de una educación o una sanidad de calidad y universales…) y otras cero pelotero. Ya encontraremos (o no) después la forma de repartir y asignar adecuadamente las tares importantes. Si existiera la renta básica, el “mercado de trabajo” tendría que currárselo más para conseguir gente que limpie váteres, reponga productos en estanterías, atienda quejas telefónicas o empaquete chorradas en un almacén de Amazon. Y eso, se mire como se mire, no puede ser más que una BUENA NOTICIA.

Nota: escribo este texto con el cabreo fresco que me ha producido leer este texto de eldiario.es. Creo que a pesar de que me arden las mejillas de ira he conseguido moderar mi lenguaje y cuidar mi ortografía y sintaxis, pero ruego que me disculpen si no ha sido así.

22 comentarios:

  1. Carolina, ¡lo has clavado!. Un trabajo que me ahorras; voy a compartir. Cansado estoy de debatir con aquellos que se han tragado el cuento de que esto es una democracia y que vivimos en libertad. No hay libertad si la supervivencia digna de la inmensa mayoría depende del interesado criterio de unos pocos (plutocracia). Cuando el miedo a perder un trabajo cada vez más miserable te expone a abusos de todo tipo. Efectivamente, ¿que problema hay para una Renta Básica?: que los plutócratas perderían su principal herramienta de coerción y, a continuación, muchos privilegios infames. Recuperaríamos libertad, tiempo y el poder del que han vaciado a la democracia. Quemado estoy. En fin. Gracias Carolina.

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    1. Inflación. Economía básica, primer día de carrera, para el resto Mastercard.
      Cantos de sirena del trovador de la princesa del pueblo dirigido a amigos de la barra del bar, vagos y gente sin cultura mínima.

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  2. casi palabra por palabra (aunque mucho mejor expresado) lo que he sentido y pensado cuando he leído el mencionado artículo. ¿Qué coño nos pasa con el trabajo? a ver, cada vez hay menos, cada vez está peor pagado, no tenerlo condena a la indigencia, tenerlo condena en muchos casos al estrés y al sufrimiento. ¿Por qué seguimos dándole un lugar tan central en nuestras sociedades, en nuestra autoestima, en nuestra noción de la independencia? ¿Por que no empezamos ya a desligar la supervivencia del trabajo, producimos menos, redistribuimos más, y tenemos más tiempo para ser felices?
    pues eso.

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  3. Muy bueno. Solo una aclaración. Cuando dices "Es lo que, al parecer, sucedió con las leyes de pobres de Speenhmaland a finales del siglo XVIII, como explicó estupendamente Karl Polanyi." Te recomiendo que leas "De la esclavitud al trabajo asalariado", de Yann Moulier Boutang (Akal). En esa gran obra el autor, favorable a la renta básica universal e incondicional por cierto, critica con exhaustividad la argumentación de Polanyi. Ver http://books.google.be/books?id=9wauB-OdayYC&pg=PA487&lpg=PA487&dq=speenhamland+boutang&source=bl&ots=uQUS1Ovphk&sig=O5SauJEpfMTMWYd5zYj9989_I2Q&hl=es&sa=X&ei=6JXZUrj0EeKj0QX2nYGoDw&ved=0CC0Q6AEwAA#v=onepage&q=speenhamland%20boutang&f=false

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    1. ¿no fastidies que Polanyi se equivocaba? Le echaré un vistazo al argumento de Boutang. Gracias.

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  4. Muchas gracias Carolina! no sabes lo bien que nos ha sentado a las gentes de Baladre del grupo de feminismos leer el apoyo que das a la Renta Básica!!! llevamos trabajando la herramienta (en su modelo fuerte) desde hace ya casi 30 años. El grupo de feminismos nació hace un par de años recogiendo el testigo de mujeres como Sira del Río que veían cómo una Renta Básica de las Iguales (definida por José Iglesias en diversas publicaciones que puedes encontrar en http://www.coordinacionbaladre.org ) contribuyen a la disolución de los roles sociales y de género impuestos por el heteropatriarcado y sostenidos por el capitalismo. Nos gustaría poder intercambiar impresiones contigo, sobre todo ahora que estamos elaborando un material específico sobre RBis y feminismos. No sé muy bien como contactar contigo, o como hacer para que contactes sin dejar mis datos aqui. Salud!

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    1. pues no sabes qué bien me ha sentado a mí leer tu comentario. Yo encantada de contactar y comentar. Te he escrito usando google plus. Si no funciona, puedes dejar aquí tu mail, que yo no lo publicaré (los comentarios no se publican hasta que yo no los apruebo)

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  5. Hola Carolina, te escribo porque yo y mi compañera, somos seguidores de tu trabajo y nos gustaría entrar en contacto con vos.
    Nos identificamos mucho con tu historia, yo soy profesor de filosofía política en la Universidad de Costa Rica, mi compañera socióloga y dirige la escuela sindical de uno de los sindicatos de profesores de secundaria más grandes del país.
    Ambos militamos en el Partido de los Trabajadores, que es una organización de izquierda costarricense, pero desde que decidimos tener a nuestra niña Alicia, hace casi ya tres años se ha trastocado toda la militancia y la vida intelectual.
    Pero la paternidad y la maternidad, nos han hecho reflexionar mucho sobre la temática del cuido, la militancia y las transformaciones sociales, tus artículos nos han parecido inspiradores en ese sentido. Ambos creemos que es un tema que poco se discute en los ámbitos militantes de izquierda y feministas, porque bueno… la gente cada vez más tiene menos niños.
    De hecho, desde hace rato estamos por escribirte, porque a nuestra forma hemos incorporado estas temáticas en nuestra vida militante, aquí puedes ver por cierto una par de actividades al respecto (la que sale en las noticias es mi compañera y la niña).
    http://www.litci.org/inicio/newspaises/america/costarica/3689-qa-los-que-gobiernan-este-pais-les-gusta-la-maternidad-pero-no-las-madres-de-carne-y-huesosq
    http://www.crhoy.com/madres-convocan-a-mamaton-frente-a-colegio-de-senori/
    Esperamos poder contribuir con el trabajo que estas llevando adelante.

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  6. Vaya, habia escrito un comentario y no lo he sabido publicar me parece...

    Pues a mí en general me gusta mucho tu perspectiva, pero el tema de la renta básica me genera muchas dudas. Bueno, para empezar lo veo muy poco factible, pero eso es otro cantar. En general si fuera factible estoy de acuerdo con las consecuencias positivas que tendría en general, pero para las mujeres que no trabajaran para cuidar a sus hijos no lo veo nada claro.
    O sea, evidentemente todo eso de la realización mediante el trabajo son mentiras podridas, pero si una madre está en casa con una renta de subsistencia, puede perfectamente a cambio de esa renta hacer una jornada laboral de 24 horas. Si ya muchísimas madres trabajadoras no tienen apoyo ni casi reparto ninguna de tareas, imagínate que los maridos tuvieran a su alcance la fantástica excusa de "es que ella no tiene que trabajar". Ya no es sólo cuidar tú sola al niño, es lavarlo todo, plancharlo, hacerles a todos la comida y todo lo demás, peor que mi abuela que no era la única mujer de su casa. Además que las que por lo que sea sí quisieran trabajar lo tendrían aun más crudo, puesto que hoy en día muchos tíos que en realidad querrían que no hubiera mujeres en un montón de espacios de la sociedad tienen que aceptarlo a regañadientes porque "hace falta el sueldo".
    Si hubiera tribu, como tú muy bien dices siempre, sería otra cosa, pero así... Una renta básica no les daría a las madres ni para un canguro para irte un mísero día al cine (otra cosa es que el sueldo de reponedora tampoco lo dé, claro). Aparte que, por muy mierda que sea el trabajo asalariado, al menos da la opción de salir de casa... Si se generalizase lo de las mujeres en casa, despídete de participar en ninguna lucha ni espacio colectivo. Y además a la que una mujer se pasase unos años en casa con el crío, o tiene unos méritos laborales de la hostia o es muy fácil que ya no encuentre trabajo nunca más, y quédate en casa a esperar al marido o apechuga que con 50 años te deje por una con las tetas mejor puestas y a ver qué pasa, que no tienes nada cotizado para la jubilación y los subsidios igual que los dan los quitan...

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    1. tan cierto ....

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    2. tu pensamiento es muy interesante supongo para Europa. En Argentinta la renta básica o asignación universal por hijo, que se aplica a todos los padres de bajos recursos no es útil. En la mayor parte de las veces solo fomenta vagancia y adicciones. Las rentas deberían darse por un período determinado de tiempo y entre tanto ayudar a que la persona se eduque, se forme en algo que le haga bien a él mismo. Siempre es mejor sentirse útil. Aplicada a personas de muy bajo nivel social sin algo además que las ayude a elevar su calidad de vida, no sirve.

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  7. Concordo, Carolina. Ya no sólo contigo, sino con todos los comentarios. Obrigada

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  8. Hola Carolina,
    Mira, nuestros libros codo con codo en la Central de Barcelona!!!!!!
    pic.twitter.com/job2kyHVuV






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    1. Eh, no lo conocía. Tiene buena pinta. No te puedo decir que vaya a leerlo, pero sí que lo compraré y lo pondré en la pila amenazante de libros sin leer que esperan, no sé si a que mis hijos lleguen a la adolescencia y pasen de mí, a que la economía empeore aún más y yo pase a engrosar las listas del paro o a qué... Gracias.

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  9. Perdona que irrumpa aquí sin respetar el hilo, pero al leer que no se publican los comentarios hasta que no los apruebas me he animado a hacerte una pregunta que lleva tiempo rondándome en la cabeza, bueno, desde que lei Donde está mi tribu, y es la siguiente. ¿Por qué dices que tener hijos no es una opción entre otras? Soy consciente de la gravedad de esa elección, pero por eso mismo, por qué uno no habría de realizar esa elección desde un punto de vista racional? Dices que los que no quieren tener hijos tienen argumentos muy elavorados que justifica su negativa. ¿Hay algúin argumento, aparte del de "para hacernos cuidadosos" de Alba Rico, para decidir tener hijos? Gracias.
    oche.zv@gmail.com

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    1. Hola Oche, pues no es una pregunta sencilla: lo que quería decir no es que no se pueda decidir racionalmente tener un hijo (claro que se puede, existen muchos y buenos motivos para tenerlos, y otros tantos para no tenerlos). Lo que quería decir es que muchas veces hay algo en esa decisión que se nos escapa y eso, en mi opinión, revela que puede no ser una decisión enteramente racional. Y que exista un resto que se nos escapa, es decir, que muchas personas sintamos deseos de ser madres o padres sin saber muy bien por qué, no significa (o no necesariamente), como tantas veces han denunciado algunas corrientes del feminismo (y en general cualquier corriente de pensamiento obsesivamente empeñada en el constructivismo social), que responda a una presión social o ideológica que debamos rechazar. Más bien, creo yo, tiene que ver con el hecho de que en el fondo somos animales, con pulsiones animales: comer, sobrevivir, reproducirnos... Por supuesto, que existan esas pulsiones no significa que sea antinatural resistirse a ellas o no experimentarlas, ni el hecho de que sean naturales significa que sean necesariamente buenas, etcétera: las cosas son muy complejas y la imbricación naturaleza-cultura es total, hasta el punto de que no cabe imaginar una naturaleza que podamos descubrir pelando capas de cultura. Pero a esto me refería fundamentalmente cuando decía que no creo que tener hijos sea exactamente una opción, al mismo título que tener o no tener coche. Como tampoco me parece que tener relaciones sexuales sea una opción entre otras sino, por más que exista el celibato como opción y sea perfectamente legítima.

      Espero haberme explicado...

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    2. Yo tenía una carrera profesional trepidante y no veía en mi vida espacio los hijos pero al final acabé cediendo por la insistencia de mi marido. Durante el embarazo planeamos que él pediría la reducción de jornada y yo seguiría con mi carrera profesional que estaba mejor pagada y tenía más posibilidades de promoción que la suya y si no podía amamantar pues le daría biberón porque "se crían igual". Cundo nació mi hija todo el discurso se dislocó. Me parecía imposible no amamantarla y no darle lo que ella esperaba de mí. Mi carrera profesional pasó a importarme un pepino y finalmente hicimos todo lo contrario de lo que habíamos planeado. Si eso no es biológico que venga dios y lo vea...

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  10. Me he tropezado con este artículo y me ha dado gusto leerlo, punto a punto desvelas ese sentimiento que surge entre lo cerebral (maternidad de este siglo, planeada meditada), versus lo instintivo. yo nunca tuve la necesidad biologica de ser madre, ese reloj tan publicitado, pero un dia decidimos que ya era hora, queriamos hacerlo, y una vez con nuestro retono en brazos yae volví una Leona, deje mi empleo, he buacado otras posibilidades, no quiero perderme a mi bebe,cuando alguien me dice que debo dejar que mi hijo sea "independiente" sale de mi la fuerza de lo natural, crio con apego, con amor y respeto, y no es un tema de moda, es que estamos disenadas para ser madres y la que se atreve lo vive y lo sabe.

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  11. Bonita utopía... 600€ mensuales de renta básica por persona son unos 300.000 millones anuales. Para compararlo, los presupuestos generales del estado son (contando autonomías, SegSocial, etc.) 420.000 millones, así que tan 'solo' habria que duplicar los impuestos para conseguir esos 300000 millones extra

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  12. La renta básica que plantea Podemos no es para todo el mundo porque si. Es sólo para los que lo necesitan. Interesante artículo en cualquier caso.

    Empieza el tema en 1:03:20

    www.lasexta.com/programas/sexta-noche/entrevistas-completas/entrevista

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  13. ¿Y cómo pagamos esa renta básica?... porque está claro que hoy en día casi todo el dinero público sale de los ciudadanos de a pie. Muy fácil, te quito 500 euros de la nómina o la pensión todos los meses y te doy 400 de renta básica, los otros 100 son "gastos de gestión", que ya se sabe que siempre hay.

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